Cómo ya hemos mencionado varias veces, una de las necesidades básicas de nuestro organismo es dormir. 

Es en ese tiempo de descanso cuando nuestro cuerpo cumple con su función reparadora para que podamos afrontar el día a día en buenas condiciones, ya que el sueño está asociado con distintas funciones en nuestro organismo. Pero además, estamos ayudando a cuidar nuestra salud cardiovascular.

Así lo desveló un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology  que concluyó que aquellas personas que, además de llevar unos hábitos de vida saludables como realizar actividad física de forma regular, mantener una alimentación equilibrada, moderar el consumo de alcohol y no fumar, duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. El mismo estudio estimó que en esas personas el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular baja un 83% en comparación con aquellas personas que no siguen ningún hábito de vida saludable. 

Un sueño reparador mejora la función endotelial y ayuda a disminuir la presión arterial, ya que mientras dormimos se produce una relajación muscular que también afecta a las arterias. Esta relajación provoca una bajada fisiológica de la presión arterial de entre un 10% y un 15%.

Asimismo las personas que padecen insomnio tienen mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca. Según los datos obtenidos en esta investigación, quienes mostraban tres o más síntomas de insomnio tenían un riesgo más de tres veces mayor de desarrollar insuficiencia cardiaca en comparación con aquellos que no tenían problemas de sueño.